Mirar al mundo a través de la lente es algo que me provoca siempre una gran emoción e interés aunque no sea siempre fácil verlo tan de cerca. Observar el mundo profundamente requiere un cierto valor, porque no siempre te va a gustar lo que ves.

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Para poder captar, el mundo a tu rededor, necesitas prestar mucha atención, son muchos los detalles a tener en cuenta.

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Es intenso, eres como un filtro por el cual pasan los ojos del mundo y, sin duda, te hará reflexionar y cuestionarte, ponerte en discusión, dudar tan en profundo que puede asustar.

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La fotografía tiene algo muy único, siento antes de ver y me permite captar un momento. Es el linguaje visual que tiene una forte coneción con la inteligencia emocional.

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No conocemos realmente el abecedario completo de este lenguaje tan poderoso, y tal vez sea esto lo mas fascinante: el camino.

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He pensado mucho sobre la fotografía que pueda representar esta edición de los Premios LUX y he escogido esta para recordar que las mujeres pueden ser madres y profesionales al mismo tiempo, es difícil, pero no imposible. Pueden ser ellas mismas.

Cada mujer que he encontrado en mi vida me ha inspirado, y cada una ha encontrado la fuerza en su propia historia y en su propio camino, inspirándome profundamente. 

La protagonista de la fotografía es mi hija cuando tenía 7 años.

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El retrato es un recordatorio para el futuro, una conexión con el pasado y un momento del presente para recordarme que lo que cuenta es seguir mejorándose.